“Si quieres trabajas, si no, no. Hacemos los balones y los venden luego, nos dan quince pesos por balón, yo hago como veinte diarios, ya después en la tarde me pongo a jugar básquet bol, se pasan los días rápido. Mira, aquel ya lleva diez años, y así lo ves, bromeando todo el día. Yo llevo tres, me dieron siete pero el abogado me dice que puedo salir en cinco. Tengo una casa en un pueblo que se llama La Soledad, allá me quiero ir a vivir cuando salga, con mi esposa y mis dos hijos, a veces vienen a visitarme, se quedan aquí toda la tarde. Nomás saliendo me voy y me pongo a trabajar, sin pedir mucho, tener para que mis hijos coman, una camionetita y pues mi casa ya la tengo, ahí quiero vivir, lejos, allá nadie molesta. Lo que saco de los balones se los mando, para la escuela y todo, pues mucho dinero no tenemos. Yo trabajaba sembrando, antes, pero ves que uno luego comete errores, por andar bebiendo. Nomás saliendo yo no quiero mucho, quedarme en mi casita, trabajar, vivir lejos… mira aquél ya tiene como seis años preso, por violación lo agarraron, ese lleva poco, como dos… Cuando quieras visitarme, eh, después, ya que salga… Preguntas por Martín y de seguro ahí voy a andar. Mira te tienes que ir primero a Xochistlahuaca, de ahí agarras para el norte rumbo a…”
“Oye… ¿Y Colima por dónde queda?… ¿Por Veracruz o más para allá?”
Ya por ser pobres son criminales
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