“En San Andrés una vez sí se chingaron a dos, por estafar al pueblo, los balacearon, uno no se alcanzó a morir”
“¿En dónde?, ah en San Andrés, si es cierto”
“Uno era de México, vino a visitar a dizque su compadre, que era el tesorero. Y cuando la gente se dio cuenta ya se habían ido pal monte. Tocaron las campanas y sabe de dónde salió tanta gente, bajaban y bajaban de amontones como asustados, la iglesia llena que se puso, y que los siguen y por allá arriba los fueron a agarrar, y que les gritaron arriba las manos y el de México no las levantó y que le disparan, el otro nomás creo una bala le dieron”
“Pa qué no las levanta pues, yo creo ni le hubieran matado”
“Sí, arriba las manos les dijeron y ni las levantó, el de México, pos que lo matan ahí mismo… ya había tirado creo el dinero, antes.”
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