Yo esperaría en el jardín y ahí me daría esa madre. Llegué, me senté, un morro como de doce años se acercó y me pregunto nombre, de dónde era. Me dijo que él esperaba a su mamá, que vivía cerca de Guelatao, que su abuela hablaba mazateco pero a él de daba güeva, que si regresaba no dejara de visitarlo… se fue. El wey de Román (con quien andaba en el viaje, de pinche ocioso) llegó y me entregó lo acordado, yo fui y me subí a un taxi, teníamos que esperar a que éste se llenara para partir, llegaron dos señoras más, un viejo y el Román haciendo que no me conocía… nos fuimos pero no tardaron en conectarse con el taxista por radio, ahí empezó el verdadero desmadre…
Un kilo, que luego se hace tres
En este lugar hay tantos cuchillos que parece un pequeño poema
Tráigales cinco tacos a cada quién y un refresco
De la que se salvaron cabrones
Tengo una deuda con esta ciudad
Nosotros les vamos a hace el paro pa que se vayan rápido
Se necesita una lana pa que se vayan
Me acuerdo cuando nos reuníamos
Ixtlán de Juárez
La existencia de la conducta de acción
Nomás saliendo me voy y me pongo a trabajar
Ya por ser pobres son criminales
No hay comentarios:
Publicar un comentario